¿Por qué rechacé a hombres que me amaron profundamente y durante dos años sólo quise a Alan? ¿Por qué razón la amante de él se derrumbó al cabo de dos años? ¿Por qué no amó él a ninguna otra y estuvo continuamente desengañado?
La mujer le dice a Duncan: He buscado a un hombre dominante.
¿No te domino yo?, pregunta Duncan.
No, contesta ella, porque tú me amas.
Un hombre que domina es un hombre que no ama. Tiene una enorme vitalidad animal, una fuerza, que conquista. Conquista, la gente se somete a él, pero él ni ama ni comprende. Solamente es una fuerza y está lleno de su propio poder. Si ama a alguien es a una fuerza como la suya, y así de nuevo ama su propia clase de poder, no otra. Lo que es una infiltración. Observa bien al conquistador, observa al hombre o mujer que domina a otro: no es él el que ama. Quien ama es el que es dominado. Tú me amas, y por tanto no puedes dominarme, y yo soy una mujer que necesita ser dominada. Pero eso se ha acabado ahora. Lo veo como una fuerza impersonal, una fuerza animal, que ya no tiene poder sobre mí. Ahora incluso la odio. ¡Odio su falta de sutileza!
Así que a veces, ¿sabes?, ese poder con el que uno nace no está de acuerdo con los deseos propios, es ajeno a la personalidad de uno. Algunas veces he sospechado que a Alan le fastidia el efecto de su fuerza. Ser amado halaga su vanidad, sí, pero en realidad no quiere ser amado porque si eres amado debes amar a cambio y eso él no lo puede hacer. Las mujeres cometen el error de amarle porque son dominadas por él. Él prefiere, en lo más profundo de sí mismo, que se le resistan, en su propio terreno, es casi indiferente al amor como tú y yo lo entendemos, con una cierta dureza. Odia la forma en que las mujeres se desmoronan ante él, la odia. Le he visto odiar también a Mary, porque igualmente se había derrumbado.
La mujer le dice a Duncan: He buscado a un hombre dominante.
¿No te domino yo?, pregunta Duncan.
No, contesta ella, porque tú me amas.
Un hombre que domina es un hombre que no ama. Tiene una enorme vitalidad animal, una fuerza, que conquista. Conquista, la gente se somete a él, pero él ni ama ni comprende. Solamente es una fuerza y está lleno de su propio poder. Si ama a alguien es a una fuerza como la suya, y así de nuevo ama su propia clase de poder, no otra. Lo que es una infiltración. Observa bien al conquistador, observa al hombre o mujer que domina a otro: no es él el que ama. Quien ama es el que es dominado. Tú me amas, y por tanto no puedes dominarme, y yo soy una mujer que necesita ser dominada. Pero eso se ha acabado ahora. Lo veo como una fuerza impersonal, una fuerza animal, que ya no tiene poder sobre mí. Ahora incluso la odio. ¡Odio su falta de sutileza!
Así que a veces, ¿sabes?, ese poder con el que uno nace no está de acuerdo con los deseos propios, es ajeno a la personalidad de uno. Algunas veces he sospechado que a Alan le fastidia el efecto de su fuerza. Ser amado halaga su vanidad, sí, pero en realidad no quiere ser amado porque si eres amado debes amar a cambio y eso él no lo puede hacer. Las mujeres cometen el error de amarle porque son dominadas por él. Él prefiere, en lo más profundo de sí mismo, que se le resistan, en su propio terreno, es casi indiferente al amor como tú y yo lo entendemos, con una cierta dureza. Odia la forma en que las mujeres se desmoronan ante él, la odia. Le he visto odiar también a Mary, porque igualmente se había derrumbado.
No sé lo que harás con esto, porque semejante “sequedad” está muy distante de tu propio carácter. Aunque pienso que tú también puedes destruir a una mujer, pero por otras razones.
A.N.
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